Hoy en día, nos dejamos guiar por la moda y solemos comprar por lo que se lleva, más que por lo que realmente necesitamos. De tal forma, que vamos acumulando ropa y ropa, que finalmente no usamos, ni usaremos jamás.
La gente tiende a imitar lo que ve en la televisión y las revistas, sin darse cuenta de que la vida que llevan los famosos, no suele ser común a la que lleva la media. Esos tacones vertiginosos, esas minifaldas que no dan lugar a la imaginación, los tocados originales y los sombreros elegantes, yo no digo que sean feos, ni mucho menos, pero a la hora de comprar pensemos, ¿le vamos a sacar partido?, ¿cuántas veces nos lo vamos a poner? Y lo que es más importante, si vamos a estar cómodos con ello, porque yo no me veo andando de aquí para allá con tacones, pero con un zapato de piel plano y ancho, visitaría cualquier ciudad sin problemas.
Además, nuestro presupuesto es limitado, y también hay que tener en cuenta el hueco que hay para guardarlo en casa. Por lo que cuando vayamos a comprar, y sobre todo en rebajas, pensemos dos veces antes de que nos tiente el 70% de descuento, si lo necesitamos realmente.
De hecho, antes de salir a comprar, yo ordenaría mi armario y chequearía qué podría ser necesario o si es momento de darse un capricho. Tiraría o donaría, lo que esté viejo o no me pusiera y haría una lista de lo que podría faltar, si faltara algo. Haría lo mismo con los accesorios y productos de cosmética. Intentar terminar botes antes de comprar nuevos, ahorraría bastante a mucha gente. Y es que es alucinante, antes igual se tenía un cinto y se hacía pegar con todo, ahora se tienen veinte y no encuentras manera humana de que te cuadren todas las combinaciones... ¿qué está pasando? Está claro, consumismo.
Por eso, cuando entremos en una tienda deberíamos repetirnos varias veces "Cuántas cosas, que no necesito" By Diogenes
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